Leí todo cuanto estuvo en mis manos;
obedecí a los que me dijeron vive y casi todos los términos los he
cumplido. Tan grande es ya mi pasado que los libros empiezan a
dolerme, avientan groseramente a mi alma. ¡Infames! Que lea quien
tiene sitio vacío, el insatisfecho, el perdido; yo avanzaré con
pueriles y futiles pasos hasta sentir nuevamente que todo me hace falta.
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